junio 10, 2010

11:52

A las once cincuenta y dos los pies ya tienen el frío de invierno
A las once cincuenta y dos vienen los abismos, el sueño y la imposibilidad de dormir
A las once cincuenta y dos empieza a raspar la garganta,
se anuncia un refriado molesto y necesario,
no han servido las naranjas ni las mandarinas de temporada
el frío se parece tanto al resfrío
A las once cincuenta y dos el grito infantil rompe la noche y su silencio,
despierta a los vecinos que no recuerdan que la salida de los dientes duele
angustia a la de los pies fríos
que solo quiere que sean las once cincuenta y ocho

junio 09, 2010

No soy buena para apostar, le tengo miedo a todo. Las posibilidades me asustan y lo único que hago es huir, me escapo. Casi siempre vuelvo a los lugares donde fui feliz, pero ahí no hay nadie, ni siquiera yo.

junio 03, 2010

último deseo

Cuando muera quiero que me dejen en un chullpar, que me envuelvan en un tejido y me pongan los aretes más largos y lindos. También agua y comida para el camino. Para que no huela mal deberán sacarme las vísceras y rellenarme de quinua o cañawa, mejor si es pito mezclado con azúcar así en vez de gusanos vendrán hormigas a comerme.
Que la puerta sea al este como todo buen chullpar para que pueda ver el sol en las mañanas y se me caliente la espalda al atardecer.