Todo tiene fecha de expiración, echar la culpa a nuestros padres, conseguir lo que queremos, las latas de conserva.
Frente al espejo me pongo todas las noches una crema antiarrugas, tengo serias sopechas sobre su funcionamiento, pero me ponérmela me la ilusión de luchar contra mi inevitable adentramiento en los treintaymuchos , además me la regalaron en mi cumpleaños (con toda la ironía que eso implica) y por las noches siento la piel muy seca. En resumidas cuentas cumple muchas funciones.
Con la cara lavada saco el precioso pomito (todos lo artículos de belleza deben gastar millones en diseño) y me pongo un poco en cada mejilla, dejo un poco en cada pómulo con el índice, en la frente y otro en la barbilla. Esparso la crema pensando "de qué estará hecha" para combatir la edad, como duce su eslogan, debe tener algo muy particula. Busco los ingredientes esperando algún nombre extraño que me haga reír, pero lo que encuentro debajo de la lista de componentes impronunicables es la fecha de vencimiento: Marz/2010
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