marzo 22, 2012

Tedio 1


Me agarra una tristeza tonta a esta hora de la tarde. No puedo empezar a hacer nada, la proximidad  de la hora de salida me da la ilusión de que no podré terminar lo que empiece. Al mismo tiempo es la hora en que me doy cuenta de todas las cosas que tenía que hacer y no hice. Uf!. El sol es amarillo, con ese amarillo del fin de la tarde. Ha sido un día poco productivo, no he podido concentrarme en nada. Gran parte de la tarde me la paso intentanto entrar a sitios de internet que no cargan porque mi conexión es lenta como los úlitmos minutos antes de salir.

El tedio es el mal de nuestro tiempo no hay duda. Ahora que lo pienso no es ni siquiera tristeza es tedio, no llega tampoco a aburrimiento, es la imposibilidad de sentir motivación. A veces la motivaciones son cosas ridículas, quiero abrir el correo y ver el mail de ese primo con el que vengo discutiendo sobre el capitalismo. una batalla de hecho perdida pues él estudia economía en una universidad gringa y tiene teorías, lecturas y autores brotándole naturalmente. Yo tengo un par de ideas, mucha realidad y gran capacidad de convencimiento, al menos eso quiero creer y por eso me pongo a prueba en esta cyberdiscusión. Pero eso me aburre a veces también. "para qué?" me pregunto cuando me descubro pensando el próximo argumento, generalmente mientras me cepillo los dientes o antes de dormir.

Me pasé tres noches leyendo un libro apasionante, de esos agarradores, pero los siguientes días estaba tan agotada que no alcnacé ni a abrirlo, la emoción por saber qué pasaría se iba yendo de mi poco a poco.

Por eso me gusta vivir en Bolivia, siempre hay un paro de transporte, una marcha, un algo así que requiere de toda mi energía para resolver la logística cotidiana, cómo recojo a la Lucía, donde almuerzó, trabajo en horario contínuo o no?, voy en bici?. Es lindo mantener la mente ocupada en tonterías de ese tipo, mientras más dura la   moviliación más árduo resolver el desafío de la vida cotidiana.

Además está el plus de que es un tema para charlar en el trabajo muchas veces debatimos tanto que ya s emdia mañana y las tareas tediosas tenemos que hacerlas o muy rápido o postergarlas, un nuevo cambio en el contínuo de los días repetidos.

Pero el momento más tormetoso es el de los quehaceres domésticos, es el momento más temido. Por lo general son tareas simples que requieren un mínimo de dominio de la motricidad gruesa, planchar, lavar platos, doblar ropa. Cocinar es más desafiante y requiere mayor concetración así que está fuera de esta lista. Entonces el dominio de las tareas es fácil de adquirir y todo es mera repetición. Uno está cansado con el tedio instalado entre seja y seja, ahí sentado en al cama doblando ropa infantil. no es posible que las idfeas más tenebrosas, las intensiones más inmundas y los deseos más oscuros no aparezcan, es el terreno fértil para la putrefacción y el deterioro. uno debería llegar a casa y ver una película tonta, nada que haga emocionar, pensar o creer, solo pasar el tiempo.

No hay duda estamos en el tiempo del tedio.

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