julio 05, 2010

Las tres de la mañana es la hora perfecta para encontrar complicidades, basta mirar las luces encendidas a esa hora. Me reconforta ver esa luz en las ventanas de los edificios vecinos, pienso que somos una legión los insomnes, los que tenemos una vida paralela. Mas si esa luz sale de un monitor, no la titilante y amenazante tenacidad de los flashes de un televisor, sino el suave reflejo plomizo casi azul de un monitor. Una ventana abierta, una hoja en blanco un espacios para salir o para entrar, pero sobre todo para no quedarse donde uno esta. Algunos se emborrachan, otros aspiran algo ocultos en baños publicos, yo me trasnoche buscando cosas imposibles por internet, o la mayoria del tiempo solo esperando.

No hay comentarios: