diciembre 29, 2009

Malditas Fiestas!

Tengo la mala costumbre de sentirme millonaria cuando me pagan. No puedo quejarme siempre he tenido sueldos buenos, menos ahora. No eran espectaculares pero todos me daban esa sensación de abundancia, más todavía en diciembre cuando tenía aguinaldo. Hija de esa euforia fue la idea de regalar a todos algo, para eso además de la lista debía tener pensado el regalo perfecto para cada quien, saber con precisión aquello que sinceramente agradaría a la otra persona. Me ilusionaba la sola idea de tener una lista e ir completándola de a poco durante al año. Pero soy igualmente ilusa y mano rota, así siempre dilapidaba mi sueldo veloz y ferozmente.

Ahora que no tengo ni un triste peso en verdad quisiera regalar algo a algunas gentes. Pienso en otros regalos, cosas que no se compran, pero mis manos también están vacías de ellas.
No puedo ofrecer nada y quiero tanto.

malditas fiestas!

diciembre 26, 2009

Dulce y necesaria

Hoy me sentí una reina.
Estaban olvidados los tiempos en los que buscaba acompañante para que me llevaran a las fiestas; ahora a mis 29 años camino con mi padre bajo la lluvia, es de noche y no nos decimos nada. Ya no pone su mano en mi hombro, sabe que podré saltar los charcos. No le importa desviarse de su camino me deja en la puerta y espera que me abran, desde una distancia prudente me agita la mano para despedirse. Sabe que ya no puede cuidarme, que me ha enseñado todo para que pueda defenderme, pero esa danza del pasado es dulce y necesaria.

diciembre 25, 2009

Volver

A veces sueño que escribo, son de esos sueños reales que al despertar queda la sensación certera de haberlos vivido. Soñé que tenía la frase perfecta para comenzar este post, es más estoy segura que la tenía, al mismo tiempo sabía que como era una frase salida del inconciente era fácil de perderla, por eso la repetía como un rezo, una y otra vez, pero finalmente como todo lo de los sueños se ha borrado.
Es bueno volver a esta ciudad después de un tiempo, todo se ve nuevo, lavado, un poco más blanco. Temo que se va acercando el día en que no tendré donde volver, espero que sea también el tiempo en que las cosas vuelvan a mi, supongo que hay un ritmo natural, una parsimoniosa ruta obligatoria de la vida.

La casa nueva es pequeña, esta en las afueras y parece lejos de la ciudad, pero en realidad es que la ciudad sigue chica y todo lo que no sea el centro está fuera de la ciudad.

Hemos vivido tantos años juntos pero de a poco se va revertiendo la cifra a los años que hemos dejado de hacerlo, ahora nos esforzamos por encontrarnos, por reconocernos, por hablarnos, la familia puede ser un lugar tan extraño.

Jugamos sapo toda la tarde, un juego de chichería, lanzando tejos y sumando puntajes, hay niños y perros, viejos y adultos. Siempre fuimos una familia silenciosa, nuclear, amantes todos del silencio, al menos de nuestro silencio familiar. Es un refugio seguro el silencio, caer en esta familia me ha ayudado a callar, en el sentido saludable del verbo. Aunque la casa se ha vuelto escandalosa con los niños, están siempre estos espacios de silencio familiar compartido, lapsos que no pueden medirse donde no es necesario hablar, la incomodida del silencio no existe y eso es un alivio tan grande para mi.
A veces no soy mucho de esta familia, a veces hablo demasiado, tiendo a querer expandirme, soy una extraña olla a presión que no logra controlarse, luego hago cosas ridículas como llorar en la ducha o cotar tapas de cartón, hay otras formas de hablar, de sacar el vapor.
Mis padre en el inicio de su vejez han decidido comenzar una nueva vida, se han deshecho de todo, es como si se hubiesen cansado de las cosas, ahora tienen una necesidad de levitación, de sentirse livianos, libres. Han acumulado cosas en su vida, muchas cosas, sin quererlo tal vez, ahora con lo esencial en su casa pequeña se ven frescos, más risueños, incluso sus manías son nuevas, quieren un vejez simple.

Quisiera escribir algo sobre la Lucía, sobre sus días aquí, no se me ocurre nada, veo su ropa que ya no le entra, su mamadera que se le termina, solo así me doy cuenta que va creciendo.

Quisiera que ella también tenga un lugar para volver.

diciembre 18, 2009

Está aquí



Lo subimos entre cuatro, por suerte sólo fue hasta el primer piso, apenas lo arrinconamos contra la pared, es el lugar perfecto junto a la ventana llega a ver al norte, al nor oeste. Es pequeño pero suena bien, nadie entiende muy bien cómo pude gastar mis ahorros en él, yo tampoco. Pero todos cuando lo miran se quedan espectantes, como si fuera a decirles algo, como si esperaran algo de él. Hace mucho supe como acariciarlo con cierta destreza, con el tiempo me he vuelto torpe pero mejor intencionada que antes, sé que jamás seré una concertista.Tampoco quiero serlo, mis ambiciones se van volviendo mas simples.
Me siento en el brazo del sillón porque aun no tengo una banqueta y recorro algunos pasillos olvidados de mi pasado, recuerdo los ratones saliendo del piso viejo de la escuela fiscal de música Simeón Roncal, recuerdo el piano en la casa de mi abuela, las tardes de estudio.
Es un instrumentos solitario, tan exótico el pobre, más en este barrio, más en esta casa. Es casi como yo.

diciembre 09, 2009

Me persigue una terrible mala racha, necesito un paringo, un lugar mágico donde no me pase nada, un lugar libre de maldiciones, libre de mi.

diciembre 06, 2009

Yo moriré de una paro cardiaco, lo sé, está en mis genes. La hipertensión es mi destino, como es mi presente la angustia constante por cosas insignificantes (y otras no tanto).
A las cinco de la tarde quiero escapar de todo, salir corriendo de mi casa, de mi vida, de mi cuerpo. Sobre todo de mi cuerpo, quisiera desabrocharlo y dejarlo colgado en alguna silla, que se le quite el cansancio y el insomnio, que se aireen los pechos maltrechos, que le vuelva a crecer todo ese cabello que tapará en unos meses el caño de la ducha. Que se le quite el hambre de la madrugada.
Después prometo recogerlo, ponérmelo de nuevo y aceptarlo como es, pero ahora tiene demasiadas quejas, ahora necesita un respiro.

diciembre 04, 2009

Las lluvias

Las lluvias se han vuelto trágicas, solían ser mas temperamentales sorprendían en las calles sin paraguas y con sandalias. Ahora se van acumulando, veo sus nubes negras confabulando desde lejos, se juntan con una angustia silenciosa a lo lejos y avanzan de calladito. Cuando están medio cerca se les oye quejarse con truenos, avanzan sin prisas haciéndose notar. El agua está suspendida y cargada, las nubes ya no dan más, no aguantan más. Se descargan primero con una garua lastimera pero van cobrando fuerza y de pronto el cielo es una mujer desesperada que llora todas las lluvias.

diciembre 01, 2009

Cifras a los 4 meses

6330 gramos
67 cm
5 oz cada 3 horas
2 sietas largas y 1 corta
3 a 4 pañales

4 meses desde el 31 de julio, día de la primera luz.

noviembre 28, 2009

Todos tienen besos para ella,
pero nadie tiempo,
tampoco yo
que intento ser
algo más que su madre

noviembre 25, 2009

Busco piano

Ando muscando un piano, "pequeña burguesa" me dice mi compañero de trabajo, medio en serio medio en broma. Es estudiante de sociología y usa toda esa terminología académica que yo he ido desechando. Pero es buen tipo y al final me dice que de los mejores recuerdos de su infancia el de su padre tocando la guitarra es el mejor.
Yo quiero hacer las cosas solo por mí, como dice el Mario, compañero de otro trabajo, primero es uno y luego uno otra vez. Pero no puedo negar que me crece la burbujita de la ilusión esa de perpetuarme en los recuerdos de la Lucía. Tal vez sean sus recuerdos feos los del piano, pero esa clasificación de sus recuerdos es solo suya.
Es gracioso... este presente será su pasado.

No sé como "pts" comprar un piano, no tengo ningún criterio, como siempre que no sé algo y estoy desesperada busco en internet. Nada. Luego pido ayuda. El mail es directo y permite una conversación, incluso con desconocidos, entre informal y directa. Conseguí asesoramiento o al menos entusiasmo que es lo que en realidad estaba buscando, alguién que pueda entender mi interés y lo festeje. Además claro de ayudarme efectivamente.

Todavía tengo mucho de joven, lo sé porque estoy pensando seriamente rifarme la poca plata que tengo en algo extraño, un artículo exótico, pasado de moda, que a casi nadie le interesa. Me esta volviendo esa ilusión por las cosas imposibles, me alegra, me alivia esa sensación que en algún momento de la depresión de la que vengo saliendo sentí ausente. Me dio pánico la ausencia de emoción, de la emoción que da iniciar cosas imposibles.
Cuanto durará? no sé. Por mientras busco piano.

noviembre 24, 2009

Me fatiga este calor opa que se concentra en los cuartos. Los mosquitos promiscuos se multiplican escandalosamente debajo de la cama y detrás de las cortinas, por la noche salen con toda la parentela a oficiar de dráculas.
Dicen que es porque tengo la sangre dulce que ellos me persiguen, ser la confitería de estos bicharracos me tiene harta, contribuye a mi insomnio y a esa sensación de desconsuelo que tengo estos días.
Todo este hastío tropical me ha paralizado, me quedo frente a la pantalla blanca por horas, colgada, congelada como en los juegos de chica. Me toma mucho escribir una palabra, me estoy forzando a no dejarme, a completar una oración, a no abandonarme.
El calor sigue, no queda nada de la lluvia de anoche solo el vapor metiéndose entre la piel y la ropa. Al menos la Lucía durmió bien, por primera vez toda la noche de corrido. La espalda se le humedece , los mosquitos la acosan, pero ella despierta siempre nueva como si acabaría de llegar al mundo.

febrero 11, 2009

Balthazar, Lawrence Durrell


Sí lo terminé de leer, pero me costó un poco creo que es por el estado narcoléptico que me esta poseyendo o porque era en verdad un poco doloroso destruir todas las imágenes de Justine, que está comprobado era como yo lo había sospechado la típica chica hermosa y confundida de la que todos inexplicablemente se enamoran, y tal vez peor.

La cosa es que un día en la isla perdida en la que se ha refugiado el relator aparece por una suerte del destino Balthazar, pero no viene solo sino con el manuscrito del refugiado y el manuscrito tampoco viene solo sino que trae a su vez todas las correcciones que Balthazar considera pertinentes, aclaraciones, percepciones, relatos de las mismas situaciones desde otra posición y entonces las concepciones anteriores se van calentando y perdiendo su forma inicial, una no sabe que pensar ya, confundida como se está junto al relator odio un poco más a Justine. Lejos de salvarla las explicaciones de Balthazar terminan de envilecerla, por supuesto es preciso aclarar que toda esta percepción del bien y el mal y la vileza de Justine tienen que ver con mi pasado de doce años de guardapolvo blanco y rezos en colegio católica de solo niñas. De ser mi amiga actual la habría perdonado, pero en fin no puedo quitarme la antipatía que me produce.

A todo esto se suma la descripción detallada de Pursewarden, un verdadero patán. Me recuerda a alguna persona indeseable que conocí. Su talante es de absoluto poderío sobre el mundo y sus habitantes, como si ya hubiera descifrado la verdad del universo y las inquietudes y preocupaciones de los mortales no solo le produjeran risa sino desprecio por mostrar tan abiertamente su debilidad. No ha duda de las dotes que tiene pero en como cargar con un tesoro que no hace contra cosa que hundirle en el piso.

En fin, ahora que me doy cuenta creo que ese ha sido el problema, mi problema con Balthazar, me ha referido a demasiadas gentes indeseables y esto sumado al sueño que me persigue hizo que no tenga tantas ansias por leerlo. Bueno así es la literatura, a veces nos llega a lugares desconocidas a otras a aquellos que hemos querido olvidar.

febrero 04, 2009

Nora Zapata


Las políticas familiares tiene muchas veces consecuencias inesperadas. Cuando cambié de ciudad para estudiar tuve que batallar con el silencio de mi cuarto de universitaria por falta de amigos, radio y tv. Luego se fue solucionando lo de los amigos y la radio. Tele nunca tuve.

La idea de mis padres era que siendo mi principal objetivo estudiar no había ninguna necesidad de conseguir una tele. Nunca fui una televidente asidua así que pude manejar el tema, luego claro cuando me tocó cambiarme de ciudad tampoco vi la necesidad de conseguirme una. Pero el silencio de cuatro paredes sule ser mordaz a pesar de todo.

Me hice amiga de la radio, desde la mañana hasta las horas antes de dormir las voces y la música resultan una compañía extraña, pero compañía al fin. En esas estoy recodando a mi abuelo radioescucha de pura cepa, que a pesar de su sordera no resignó su hábito sino que fue progresivamente subiendo el volumen de su radio. A veces solo por esa nostalgia de su presencia escucho los aprtidos de fútbol con el volumen a tope, como si todo ese barullo podría invocarlo, traerlo un poco a mi lado.

Por supuesto uno pronto elige su estación favorita, se hace fiel. Anadaba varias semans intentado escuchar un programa cuyo nombre y contenido em interesaban pero no lograma nunca escuchar el día en que salía. Como siempre cuando uno está medio camino a rendirse las cosas resultan. Así fue que finalmente ayer escuché en radio Deseo 103.3 a las 10:00 "La vida secreta de las palabras", el programa de Mónica Velázques última ganadora del Concurso nacional de poeísa Yolanda Bedregal.

Con el calibre de semejante presentadora es difícil no interesarse, pero mi suerte fue mayor pues ayer su invitada era la poeta Nora Zapata, que en su visita a Bolivia estuvo en el programa. Como nada es perfecto solo pude escuchar la mitad del programa, debido al hambre voráz que siento por als noches y que prolonga mis cenas hasta más de las 10:30. El punto es que llegué a escuchar a Nora leyendo sus poemas y esa fue mi parte favorita del programa.

Todo lo que pueda decir al respecto estará plagado de las oraciones más clichés y rutinarias de alago y respeto por esa certeza y fuerza que deriva de una poesía carga de sapiencia y belleza solamente propias de alguién que ha vivido mucho y bien, y por su fuera poco tiene la destreza y sensibilidad de hacer poesía con todo eso.

Eso y este poema de Nora para quien van mi respetos, ojalá yo pueda algún día leer con ese temple en algún lugar del calibre de ese programa radial. Si aun quedan gentes que oigan radio, claro.


Un beso
Sólo fue un beso un colibrí.

En la ebriedad de aquella noche intensa

fue sólo eso nochebuena de brindis champagne espuma.

Y yo le amé sabiéndole urgido de ternura tuna en la laguna.

Amo los árboles que se dejan recorrer por la luna sin esperanza alguna.

Fue un beso

calor que liba el colibrí para mejor volar

nada más que esovuelo.

(Villas-Tiercelin, 14 .07.95)

enero 30, 2009

El corazón de una historia quebrada, J.D. Salinger

Era como dejarnos con las ganas, un cuento medio corto con un título que se entiende luego. Al principio uno queda tan expectante esperando ese encuentro, como dice el M. Barrientos "toda relación amorosa es un golpe de suerte" y si la has vivido, culquier auqe haya sido su natiraleza y sobre todo sin improtar su final, entonces un relato bien iniciado podrá proveerte al menos recuerdos de los conquilleos iniciales.



Los detalles están perfectos, son intensos y reveladores, la boca semi abierta de una chica linda que lee un anuncio de cosméticos, esos detalles que son los verdaderos culpables de que las cosas lleven una a la otra. Y luego claro lo mas importante del cuento, que en realidad no lo es, es una intento deserlo y las posibilidades de continuarlo se van sumando una a una. Desde la más descabellada hasta las más sensata, todas una salida a callejón cerrado.



Más allá del mito, de toda la bruma puesta en Salinger, iniciada por él mismo y como siempre extralimitada por los medios, se entrevé un caracter fuerte al escribir una certeza de la mano mientras pinta las letras, una obediencia aprendida y fiel a lo que le dicta un ingenio literario irrefutable.

enero 23, 2009

Un perfecto día para el pez banana. JD Salinger

De Salinger me gustó la sordidez, leí Catcher in the rye hace muchos años cuando solo me gustaba leer y nada más, aun era un deseo primario. Luego cuando el nombre regresó con un interés mayor no pude recordar la trama, solo esa sensación de haber leído algo fabuloso. Aun no sé si estoy lista para leer otra vez esa novela, pero eso se verá.

Lo que sí leí fue "Un día perfecto para el pez banana", un cuento de apenas seis páginas, aporvechadas de la forma más feroz para atacar al lector desde la pura ternura y candidez hasta lo extremos del horror y la muerte.

Con un par de descripciones y diálogos uno puede estar en la playa busando el pez banana junto a Sybil, o sentir la efervecencia de su ternura rubia en bikini amarillo. Disfruto mucho de las historias que no me lo dicen todo, un poco mudas solo me dan pistas y me dejan imaginar, suponer, y eso me hace parte de la historia me involucra. La locura de Symour envuelta en bata, cubierta por una conversación ingeniosamente infantil, pero cargada de un dolor que no puede ocultarse, que sale ante la más ridícula de las provocaciones como la mira de una señora sobre sus pies.

También me hace perder esperanzas como escritora, por toda la leyenda de Salinger como genio oculto y excéntrico, porque en los cafés y en las tertulias literarias todos traen un tronillo suelto, una vida errática, una existencia desenfrenada, un algo que los llena de mística y rareza. Yo soy el perfecto modelo de la mujer promedio, nada muy interesante y aun así sigo aquí escribiendo con toda la desesperanza.

Ya me contagió Salinger, hasta aquí el post.

enero 19, 2009

Agua Quemada, Carlos Fuentes


Ese ejercicio mental de preguntarse quien estuvo aquí y de quien serían estas cosas que ahora uso, y que habrán escuchado estas paredes, como dice Johana:

¿Quién ocupa la habitación que alquilamos durante años cuando decidimos partir de una ciudad? ¿Quién acaricia a nuestros amantes cuando decidimos abandonarlos? ¿Quién consuela a nuestros amigos cuando estamos lejos? ...

Esas son las preguntas de partida de un libro lleno de inocentes coincidencias, un mundo de hombres nieto, padre, abuelo tienen por sirvienta a la señora que ha acarreado por años al niño inválido de la antigua vecindad, casa señorial antigua que antes fuera la casona real de aquel hombre dominado por su madre que no sabe que hacer cuando ella muere.

Las cosas que tocamos los lugares donde vivimos, no son solo eso, se queda el polvo de nuestra piel en ellos la emoción de nuestras voces, la salpicadura de nuestras lágrimas. Luego las dejamos, pero sus historias continúan sin nosotros.

Entretejidas está muchas más de las historias que imaginamos y creemos, tal vez solo coincidencias, tal solo jugadas diminutas de una plan magistral que ignoramos.

Una confesión ilustrativa: cada que me cambio de casa escribo en un lugar discreto (la pared de un ropero o detrás de la puerta), mi nombre y la fecha en la que llegué y me fui, con la vana esperanza de que el próximo inquilino haga lo mismo, que mi vida por ese lugar no se pierda del todo.

Sensasiones parecidas me ha traído este libro, sumada a mi tragedia personal con México son un perfecto lugar de disfrute de lo imposible, un bocado de añoranza.

enero 08, 2009

Justine, Lawrence Durrell



He quedado estancada en algunos libros. He abandonado un par, no les he puesto entusiasmo, pero este tono de “mea culpa” es más bien propio de una época pasada de mi vida y no de la valerosa que pretendo iniciar.
Que sea este un intento más por reiniciar, nunca es tarde supongo. El cyber espacio tiene un doble filo, nos libera y a la vez no hace caer en el ojo mismo de lo que huíamos.

No hay primera sin segunda y hasta una tercera hay en los bailecitos, así que aquí va el segundo intento por renacer en la blogósfera.


Justine, Lawrence Durrell

Me costó leer Justine, tal vez culpa de la traducción, tal vez solo de mi ocio y de la mala hora que escogí para leer. Solía ser una persona más solitaria, entonces me quedaba mucho tiempo para leer y escribir.

Pero bueno, el asunto es que terminé de leer Justine con todo. Muchas partes no las entendí muy bien pero me gustó mucho el tono confesional del autor, le creí todo desde el principio parece en verdad que dice cosas vividas y no inventadas, eso le da una fuerza propia al libro.

Otra cosa mágica es la descripción de Alejandría, es extraño pero me parece que es la misma sensación de asombro y horror que se tiene ante una ciudad como La Paz. Finalmente no podemos quedar inmunes a los lugares en que habitamos y que terminan por habitarnos a nosotros. Alejandría es una mezcla de caos, mugre y belleza, como Justine, una mujer hermosa pero abrumada por su existencia, víctima de sus propias emociones de su levedad que enamora y mata. Me recuerda a alguna amiga de la adolescencia por la que todos caían o resbalaban sin que ella haga el menor movimiento.

Algunos se sacan siempre los premios en las rifas, otros se derraman siempre algo cuando comen, algunos pierden en cacho sin pelarla una, y otros como mi amiga y Justine tienen siempre un séquito de enamorados eternos.

La cosa es que Justine encandila al narrador y a muchos otros y en la mezcla de todos esos amores, primero se va tejiendo la historia y luego se va enredando al punto tal que Justine sale con una que nadie se la espera: huye.

Deja a todos con los crespos hechos y sin mayor explicación desaparece de sus vidas sin respuesta posible por los demás, los amantes sin medida logran saber su paradero pero no se atreven a buscarla, algunos se resignan a perderla, otros ya la habían perdido tantas veces que no les extrañaba demasiado la reacción.

Pero la parte que más me gustó es la descripción de una mujer Clea, que también había estado enamorada de Justine, el autor dice que era como si ella estuviera hecha de miel y leche, eso me bastó para tener la total imagen de Clea y sentí con ella una absoluta sintonía. Yo estoy lejos de estar hecha de miel y leche y mas aun de enamorarme de alguien como Justine, pero hubo algo en Clea que me gustó, tal vez esa serena forma de tomarse el mundo, una tranquilidad y paz que solo da el sufrimiento conocido, aquel con el que se ha aprendido a vivir sin olvidar.

Al final Justine queda algo borrada, en el giro que su huida dio a la vida de los otros es tan fuerte en algunos personajes que Justine va desapareciendo pues las cosas que devienen superan su recuerdo.
Una hebra luminosa en el tejido y enredo de Justine es la poesía de Constantino Cavafis:
"...La ciudad es una jaula./No hay otro lugar, siempre es el mismo/puerto terreno, y no hay barco/que te arranque de ti mismo.!Ah! No comprendes/que al arruinar la vida entera en ese sitio, la has malogrado/en cualquier parte de este mundo?

Durrell escribió tres libros más que con Justine forman el cuarteto de Alejandría. Ya estuve husmeando por Internet y resulta que cada libro es la descripción de un personaje ya aparecido en Justine. Para mayor atractivo el último se llama Clea.

Entonces, la misión está clara.