junio 10, 2010

11:52

A las once cincuenta y dos los pies ya tienen el frío de invierno
A las once cincuenta y dos vienen los abismos, el sueño y la imposibilidad de dormir
A las once cincuenta y dos empieza a raspar la garganta,
se anuncia un refriado molesto y necesario,
no han servido las naranjas ni las mandarinas de temporada
el frío se parece tanto al resfrío
A las once cincuenta y dos el grito infantil rompe la noche y su silencio,
despierta a los vecinos que no recuerdan que la salida de los dientes duele
angustia a la de los pies fríos
que solo quiere que sean las once cincuenta y ocho

No hay comentarios: