abril 01, 2008

Un análisis del libro Apariciones de Margo Glantz


Sobre la forma de leer
La técnica de leer primero la obra y luego la biografía permite solazarse en la lectura por sí misma, sin prejuicios, encontrarse con el texto por el texto. Leer luego algo de la vida de la escritora produce una satisfacción doble, permite mayores luces, nuevos y numerosos engranajes surgen al leer la biografía en segundo.

Sobre las impresiones personales
Cualquiera sea la forma de leer, el texto es una innovación en sí mismo, para mi es tan innovador que no puede ser encasillado en un género, eso es lo que más me sorprendió. Además la fuerza y crudeza de las imágenes produce una sensación de estremecimiento, la atracción de lo prohibido. Al inicio es hasta torpe y es posible que en algunos casos cause rechazo.

Lo “agenérico” del texto (la lógica sin lógica, la estructura mezclada).
En el tema de lo “agenérico” del texto, el nombre Apariciones le queda perfecto pues son así, imágenes recortadas, intermitentes, que aparecen sin sentido alguno, imágenes que solo en el transcurso de la lectura dejan ver la relación, que no obstante no es tan obvia.
Pareciera que el texto esta estructurado como una seguidilla de microrelatos, un conjunto de posts, hasta podría decirse que como un grupo de poesías, pero en general la ambigüedad del texto respecto de, a qué género pertenece es lo que le da su particularidad.

El dominio de la relatora y la posición del lector
Podrían encontrarse en la obra tres voces o personajes, pero estos son en realidad una creación de la relatora que los hace nacer, les da nombre. El relato de la mujer contado en segunda persona “Tú mirabas por la ventana”, juega muchas veces con el lector que no logra del todo ubicarse, en realidad no hay una sola ubicación como lector sino varias, se trata en cierto modo de escoger el lugar desde donde se quiere leer.

En este sentido la escritora toma total control del relato, juega no solo con el lector sino con sus propios personajes, cayendo ella misma en el juego.

Unión en antagonismo, extremos que se juntan
Al parecer son dos “historias” paralelas, que se unen en su antagonismo, el relato de una mujer que prácticamente describe sus relaciones sexuales y las actividades contemplativas de un par de religiosas.

Los temas de sexo explícito y santidad parecen no encontrar sintonía, sin embargo los matices se repiten en ambas voces, el placer a través del dolor, el gozo a través del sufrimiento, la excentricidad como medio.

El texto recorre los extremos de religiosidad y sexo, pero de tanto empujarlos termina por juntarlos. Pero esta suerte de ejercicio de estiramiento tiene el poder de juntar los textos dispersos y lograr un coherencia que no busca ser explícita sino mas bien que deja mucho al lector.


Las voces, la dualidad de la mujer
Existe una tesis psicoanalítica que dice que la mujer gira entorno a la pregunta de ¿qué es ser mujer?, todo esto con base en la resolución del complejo de Edipo, es por esto que la importancia de las otras mujeres en la vida de una mujer es vital, se viste para ellas, habla de ellas, se preocupa de ellas. Por eso las publicidades de mujeres venden doble, para hombres que quieren ver mujeres y para mujeres por que andan siempre con la pregunta de ¿qué es ser mujer?.

En este sentido el hecho de que existan varias voces, creadas por la narradora que al parecer en la mujer que explica sus encuentros sexuales, crea otras mujeres para explicarse a sí misma, sobre todo para buscarse. A pesar de figuras tan diferentes, de masoquismo, sadismo y de sometimiento sexual son prácticamente iguales. Muestra la similitud de los extremos y la necesidad de la mujer de definirse a través de las otras.

La mujer y la muerte
Por alguna extraña razón Apariciones se me hace muy relacionada a una película belga que se llama “La mujer de Gille”. Ambientada en los años 30 en Bélgica (creo) trata de Elisa quien está casada con Gille, ella es una ama de casa y el trabaja como obrero. Durante su embarazo Elisa va notando que entre Gille y la hermana de ella Victoria, surge una relación amorosa. Lejos de armar un escándalo, Elisa se porta con su esposo como una amiga cercana, lo consuela, él por su parte le cuenta todos los detalles de la relación con Victoria desde el enamoramiento hasta la ruptura. Aunque sufre, Elisa soporta toda la situación hasta que la relación entre su esposo y su hermana se diluye. En la última escena Gille va a trabajar y Elisa está tendiendo la ropa en el último piso de la casa, de repente se acerca a la ventana y se lanza al vacío, muere.

Encontré en Internet (http://www.castellanos.com.ar/nuevo/textos.php?id=30150) una entrevista al director Fréderic Fontayne hecha en Argentina por Ana Paula Rosillo que creo confirma la existencia de una relación entre la obra de Margo Glantz y la película de Fontayne. A continuación algunos extractos de la entrevista:
¿El pasaje donde Elisa busca respuestas religiosas está relacionado con la confesión católica y la abnegación?
-“No creo que Elisa sea una persona realmente muy religiosa o creyente en la vida, no lo necesita. Pero de todas maneras en la historia necesita buscar ayuda y no puede encontrarla en lo que la rodea. Al llegar a la iglesia es raro para ella el hecho de rezar, pero paralelamente hay una relación en la manera en que Elisa ama a su hombre y en la manera que se puede llegar a amar a Dios. Se puede comparar entre una santa que ama a su Dios y ella que ama a su hombre, a Gilles, como si fuese su Dios y es por ello que es una entrega demasiado absoluta”.
¿En esa forma de amor extremo el suicidio es también un acto de amor de Elisa?
-“Sí, se lo puede tomar así, es cierto que el suicidio de Elisa suscita muchas preguntas e interrogantes. Pero también es una persona que gastó muchísima energía para volver a encontrar lo que había perdido y en el momento en que todo puede volver a empezar se da cuenta finalmente que perdió todo. En lo actoral también ocurre que su compañero Gilles tampoco le da nada, ella actuó la película casi permanentemente sola”.
¿Qué relación presenta la película con la novela? ¿Cree que existe el amor absoluto? -“Mantuve muy cerca la novela, significa esto que seguí paso a paso lo que le ocurre a Elisa, lo que sí elegí no usar el flasblack, cosa que ocurre muy a menudo en el libro. Sí busqué que se pueda leer en el rostro lo que ocurre internamente. Con respecto al amor absoluto el personaje es tan extremo que posiblemente nos haga pensar, nos haga interrogarnos sobre lo absoluto o no del amor. No está mal vivir un amor absoluto, no hay que perderse algunas buenas cosas”.

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