diciembre 18, 2009

Está aquí



Lo subimos entre cuatro, por suerte sólo fue hasta el primer piso, apenas lo arrinconamos contra la pared, es el lugar perfecto junto a la ventana llega a ver al norte, al nor oeste. Es pequeño pero suena bien, nadie entiende muy bien cómo pude gastar mis ahorros en él, yo tampoco. Pero todos cuando lo miran se quedan espectantes, como si fuera a decirles algo, como si esperaran algo de él. Hace mucho supe como acariciarlo con cierta destreza, con el tiempo me he vuelto torpe pero mejor intencionada que antes, sé que jamás seré una concertista.Tampoco quiero serlo, mis ambiciones se van volviendo mas simples.
Me siento en el brazo del sillón porque aun no tengo una banqueta y recorro algunos pasillos olvidados de mi pasado, recuerdo los ratones saliendo del piso viejo de la escuela fiscal de música Simeón Roncal, recuerdo el piano en la casa de mi abuela, las tardes de estudio.
Es un instrumentos solitario, tan exótico el pobre, más en este barrio, más en esta casa. Es casi como yo.

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